domingo, 23 de enero de 2011

Frío, dormilón, descoordinación, nieve y cervecita



Cinco. Por el tatarí te la tororó. Los cinco ítems del título definen la salida de ayer. Fue una mañana gélida, fría del carajo. Era tan jodida la helada, que el grajo no es que volara bajo sino que viajaba en metro.





Tres. Tres beteteros (Martí, Ramon y Jordi) se dieron cita a la hora convenida y en el lugar pactado, mientras un cuarto (David) iba en busca de un colega a Montcada para enfilar las rampas de Guanta. Pero, ¿dónde está Pere? ¿Y Tito? ¿Y el perro de Pedro? Suena el móvil. Nadie contesta. Los tres beteteros se plantan frente a la casa del cronista para animarlo a salir al grito de 'Pedro, maricón, sal con la bici mamón', pero ni así. El cronista reconocería luego que no tuvo cojones de levantarse. Menuda maricona.

A todo esto, los tres beteteros cambian de destino y se piran a hacer la ruta de las dos torres (el reputo vigía del Turó de l'Amigó y el puto vigía del Turó de Galzerán), dejando a David y a su colega más tiraos que una colilla en Guanta.







Y en las rampas que llevan a la Conreria (ir pa ná es tontería) se encuentran con una espectacular capa de dos dedos de nieve y hielo. ¡Apa, a derrapar se ha dicho!







Tan bien se lo pasaron, que a la vuelta decidieron echar una cervecita en el bar de Ramón. Y allí volvieron a concidir con David y su colega. ¡Ya os vale, bandarras! Y es que el mundo es un pañuelo, pero lleno de mocos helados...

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