Los siete magníficos cumplieron este domingo con el ritual betetero matinal. A las 8 en punto de la mañana, como clavos, ya estaban David el hamster, Antonio el perico y Javi el esporádico en el nuevo punto de encuentro. Poco después llegó Pedro caballo malo, Pere el transformer, Ramon Superman sin gayumbos y por último Tito semanpegaolassabanas. Tras un café y después de esperar a que el hamster se hartara a crusanes, comenzamos a rodar en dirección a Ripollet.
Pronto pudimos comprobar que entre nosotros había un superhéroe, pero que con las prisas de vestirse a oscuras para no despertar a la parienta, se había olvidado ponerse los gayumbos rojos por encima del culote. Unas risas y unos pedaleos más tarde, llegamos a Can Coll a buen ritmo. Hubo algún intento de matar allí mismo la salida, pero la determinación de la peña hizo que enfiláramos la carretera de la Arrabassada para atacar Sant Medir.
Fue una salida suave, tranquila y de bueno rollo. A la vuelta, en Can Coll paramos para almorzar diferentes tortillas (de ajos tiernos, de alcachojas, incluso David se pidió una de Rajoy-Bárcenas, digo de chorizo). Cayó una ronda de té verde en la que al unísimo la peña recordó las ausencias de Martí in-inde-independencia, Candi voytoloco, Tony el pequeño ruiseñor, Jonatan el puritos y Alfonso el GPS.
Ahora a esperar a la próxima, que espero sea pronto y con más regularidad. ¡Salud y pedales!
