domingo, 11 de abril de 2010

Nueva ruta hacia Guanta

Este domingo engrasamos los cambios y las cadenas de las bicis, pero algunos todavía estábamos resacosos tras una noche de sábado marcada por el Clásico (Real Madrid 0 - FC Barcelona 2). "No recuerdo cuánas birras llegué a beberme anoche", decían un par de culés. Aún así enfilamos hacia la riera de Caldes con alguna legaña colgando cuando el reloj marcaba casi las 9 de la mañana.



Éramos seis: Txolo (el máquina), Pere (el crack), Alfonso (el GPS), José Andrés (el que sube a la bici y ya no lo ves), Germán (más largo que un día sin pan) y Pedro (el caballo del malo). Precisamente Pedro optó por la ruta aternativa: en vez de remontar la riera por el parque del trenecito de Palau (el camino fácil), la cruzamos y rondando una cuesta detrás de otra nos dirigimos a Palau-Solità i Plegamans por caminos que nos permitían gozar de unas vistas impresionantes, con Gallecs y el Montseny a la derecha y Polinyà y la Mola a la izquierda.

Hubo cierto desconcierto para encontrar el camino de Sentmenat cuando llegamos a Palau, pero como preguntando se va a Roma al final encontramos nuestra ruta. Lo estrafalario fue ver como seis pájaros en bicicleta le preguntában de buena mañana a una pobre mujer que paseaba su perro dónde estaba el cementerio de Palau. ¡Lagarto, lagarto!

Ya en Sentmenat enfilamos hacia el Castell y las estribaciones de Guanta. El ascenso se hizo a saco, pero el momento estelar fue la llegada de Pedro. El resto de la compañía ya estaban sentados y a punto de pedir cuando el nota apareció arropado con una gran bandera del Barça a modo de capa que desató las risas y las ovaciones de la concurrencia. Había más de un centenar de ciclistas en Guanta.

Tras la entrada triunfal, todo el mundo a la mesa. Hubo huevos con jamón, huevos con chorizo, careta y butifarra negra. Regado con vinacho y gaseosa, agua, carajillos de Baileys y cafés. Los presuntos chupitos de orujo de hierbas que se ven en las fotos son en realidad probetas del control antidoping que tuvimos que pasar cuatro de los seis beteteros. ¡No confundamos, eh!

En un momento dado, Alfonso se convirtió por unos insantes en el Tío la Vara. ¿Qué habría pasado si hubiese venido su archienemigo Tito el capitán Fanegas? Habría sido un duelo memorable.

La vuelta fue un descenso a toda pastilla pero esta vez sí enfilamos por la orilla de la riera de Caldes en la que está el parque del trenecito. A punto de llegar a casa y ya pareciendo que saldríamos indemnes tras la anterior y accidentada salida a Collserola, Txolo nos sorprendió cuando un jabaí disfrazado de niña en bicicleta se le atravesó en el camino. Logró esquivar el impacto, pero la rueda se le encalzó en un bordillo y tomó tierra. Mejor dicho, se hartó de tierra, se esmorronó. Menos mal que al ser Made in Pallars, Txolo no se rompió ni una uña.

Y tras 39 kilómetros de esfuerzo, sudor y alguna ventosidad a modo de propulsión extraordinaria, sobre la una de la tarde llegamos cada uno a su casa. Y eso que algunos aún proponían ir a echar una caña. Lo que dijo José Andrés: "Esto de la BICI va camino de convertirse en VICI-O". ¿Alguien lo dudaba?

Salud y pedales, colegas.

5 comentarios:

Laura dijo...

Pero qué profesionales! Desde la equipación, la toma de decisión en las rutas a seguir, la improvisación de un buen culé, la explendida narración ...
Eso sí, siempre compensando el ocio con el vicio, que ya nos vamos conociendo.
Ánimo que llegareis lejos.

Pedro Damián dijo...

Muchas gracias, Laura. Menos mal que estáis ahí para sufrir nuestras escapadas beteteras y además hacerlo con humor. Espero que no tengáis que crear el Grupo de mujeres efectadas por el BTT ;-)

Laura dijo...

Pues en eso estaba pensando ... pero aun no tengo nombre para el grupo :)

Continuará ...

Anónimo dijo...

Soy el capitán Fanegas, que sepais que aunque no estaba ahí, os estoy vigilando.
A por cierto ya llegará el momento de enfrentarme al TIOLAVARA

Pedro Damián dijo...

Nemesio, tu le mataste el gorrino al Tío la Vara. ¡Asesino! ¿Tú me comprendes? XDDDDD